Emblemática importadora de juguetes es declarada en quiebra tras no llegar a acuerdo con acreedores
Juguetes Internacionales, que fabricó las muñecas Jesmar, había acusado graves efectos tras la crisis social y la pandemia.
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“Por no haber reunido el quórum necesario para su aprobación, obliga al tribunal a dictar de oficio, y sin más trámite, la resolución de liquidación, respecto de la empresa deudora Juguetes Internacionales S.A.”, dictó la jueza del 30° Juzgado Civil de Santiago, Daniela Royer Faúndez, el pasado 18 de octubre.
En abril pasado, la empresa había iniciado un proceso de reorganización judicial para así evitar la quiebra. Acusó graves efectos tras la crisis social y la pandemia. “Tenemos la convicción de la viabilidad de la compañía atendido su historia y las reestructuraciones que se encuentran actualmente desarrollando, lo cual nos permitirá cumplir con las obligaciones, y resguardar la fuente laboral de nuestros colaboradores, tal como ha ocurrido a lo largo de la trayectoria de la empresa”, habían señalado a la justicia Carlos y Rolf Klarmann Hares, representantes de la firma.
Pero, finalmente, no hubo acuerdo con los bancos acreedores. “Adviértase al público que no deben pagar ni entregar mercaderías a la empresa deudora, bajo pena de nulidad de los pagos y entregas, y que aquellas personas que tengan bienes o documentos que le pertenezcan deberán ponerlos a disposición de la liquidadora”, dice la resolución firmada por la jueza Royer, que designó como liquidadora titular a María Loreto Ried.
La empresa, que trabaja con marcas como Chicco, además de varios otros juegos didácticos como masas de colores, fue socia del grupo español Jesmar; de hecho, fabricó la muñeca que fue furor entre los ‘80 y ‘90.
La firma partió en los años ‘70, cuando la primera generación de la familia Klarmann abrió una pequeña tienda de juguetes y artículos de cumpleaños en la calle Augusto Leguía, cerca de la avenida Apoquindo.
Según explicaron sus socios a la justicia, la empresa se vio golpeada por la crisis de 1982. Salió adelante y, luego, sus fundadores se asociaron con Jesmar para en conjunto establecer una pequeña planta de ensamblaje de muñecas en el país, que con el correr de los años se transformaría en una fábrica de juguetes.
Los conflictos internos de los socios españoles terminaron por dar fin a la unión con ellos. De hecho, Jesmar desapareció en 2005 por problemas económicos y de gestión.